sábado, marzo 31, 2007

Andate (no te vayas)

Interpretado por Ada Falcón, este tango fue compuesto por Roberto Fontaina y Rodolfo Sciammarella, en 1933. Si llega, no es sólo por el contenido de la letra sino por la pasión que Ada pone en cada una de las palabras que va pronunciando. Se centra en una profunda historia de (des)amor -como casi todas las pequeñas historias cotidianas que nos atraviesan. Aquí, la cantante le pide a su amor que se vaya: ya no es el mismo, ya nada es igual. Lo que vivieron se perdió.

Yo quisiera que vivieses el pasado
recordando aquellas horas de bondades y ternuras.
No olvidabas una noche de besarme
y también de acariciarme. ¡Cuánta dulzura!
De un solo golpe el destino hizo caer
todas las dichas de mi sueño de mujer.
Yo bien sé que ha de ser vano mi empeño,
que ya no serás el dueño de mi querer.

Esa relación parece estar idealizada: más allá de lo que añora, manifiesta haber sufrido.

Cuántos años arrastrando mis cadenas,
soportando resignada tus abandonos.
Cuántas noches encerrada con mis penas
yo deseaba libertarme de tus enconos.
Por qué soy buena si no sos merecedor.
Por qué te busco si me llenas de dolor...
Si supieras todo el daño que me has hecho
llorarías en mi pecho tu desamor.


Es por eso que le pide que se vaya. Que la deje seguir adelante con su vida, que como toda buena vida tanguera, ya fue bastante sufrida...

Andáte, no más, andáte.
No creas que me haces daño.
Llevo el corazón deshecho
desde el primer desengaño.
No pienso llorar. Andáte.
Andáte. Será mejor...


Aún cuando prontamente recapacite, y se de cuenta que ese sufrimiento, producto del amor, es parte de su vida.

No, no te vayas, quedáte,
que me hace falta tu amor.







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